Eusebio Panfili: Padre de la Historia Eclesiástica
Se ha dicho que todos los demás historiadores de la iglesia comienzan en donde Eusebio Panfili termina. En su Historia Eclesiástica escrita en los comienzos del siglo IV, abarca unos de los periodos más importantes de la historia del cristianismo: desde el nacimiento de Cristo hasta la época de Constantino I el Grande.
Los críticos de Eusebio le acusan de su falta de juicio crítico y estilo literario. En su época, sin embargo, fue muy apreciado en las altas esferas tanto como obispo católico así como historiador, incluyendo al obispo de Roma y el emperador Constantino. Esto le permitió acceso a los archivos imperiales y la oportunidad de estudiar una amplia variedad de documentos, muchos de considerable antigüedad. Debido a que mucho, si no es que la mayoría, de este material ya no existe, el servicio prestado por Eusebio a generaciones postreras se basa en sus extensas citas de tales obras.
Buen ejemplo de ello está en su declaración Demonstratio Evangelica, o La Prueba del Evangelio (3.5.112), de que algunos de los apóstoles predicaron el evangelio en «el suelo de las islas británicas». ¿De dónde obtuvo Eusebio esta información? Posiblemente de libros ya perdidos (tal como Concerning the Origin of the British Church por Elvanus del siglo II [Acerca del Origen de la Iglesia Británica) cuyos nombres son encontrados ocasionalmente en varias obras antiguas.
Eusebio nació aproximadamente en 263 d.C., probablemente en Palestina. Fue educado en Antioquia y Cesarea, en donde formó una estrecha relación con el docto presbítero Pánfilo, cuyo nombre agregó al suyo propio. Pánfilo era dueño de una enorme biblioteca y el fundador de una escuela de teología, en la que Eusebio enseñó.
Durante este periodo Eusebio dedicó gran parte de su tiempo a estudiar las obras de Orígenes padre de la iglesia católica del siglo II (vea «Orígenes: Un Cristiano Platónico»), que Pánfilo había coleccionado como parte de su biblioteca. Este interés guió a estos dos a escribir Apología de Orígenes, el primero de cinco libros escritos en defensa de las primeras enseñanzas del clérigo. Para los católicos, esta una controversial maniobra, pues algunos consideran los escritos de Orígenes heréticos.
Después del encarcelamiento y martirio de Pánfilo durante la persecución de cristianos por el emperador Diocleciano, Eusebio visitó Tiro y Egipto y en algún lugar este también fue encarcelado. Esta persecución (303–313) fue la más larga y más severa de las experiencias que la iglesia haya experimentado hasta entonces. Terminó con el Edicto de Milán, por medio del cual Constantino y su colega emperador, Licinio, decretaron que el cristianismo de ahí en adelante sería tolerado por todo el imperio. Aunque muchos fueron torturados durante el curso de la persecución, Eusebio sobrevivió. Llegó a ser obispo de Cesarea en el año 315 y continuó en esta posición hasta su muerte unos 25 años mas tarde.
Eusebio desempeñó un significativo papel dentro de los debates y disputas doctrinales que turbaron a la iglesia católica durante los comienzos del siglo IV. Esto incluyó temas de cristología relacionado a la naturaleza de Jesucristo. ¿Existió siempre en alguna forma divina antes de Su nacimiento humano? ¿Disfrutó siempre estatus similar al del Padre o fue creado en un estado inferior? Eusebio estuvo presente en el Concilio de Nicea (325), en donde el tema fue debatido acaloradamente. Su relato de primera mano sobre los procedimientos ha sido de mucho valor a través de los siglos.
El obispo escribió varios libros en contra de aquellos que eran considerados como propagadores de puntos de vista heréticos—aun cuando Eusebio ha sido acusado de semejantes puntos de vista. A pesar de esto, y su apoyo a Orígenes, generalmente era considerado como un católico ortodoxo dentro de las normas de su época. ¿Sería considerado de igual manera por los católicos modernos? Quizás no. Cuando la hermana del emperador, Constanza, le pidió a Eusebio un retrato de Cristo, su respuesta fue que ningún cristiano debería siquiera de pensar en poseer o pintar tal retrato. El segundo Mandamiento decretado en contra de imágenes talladas (Éxodo 20:4; Deuteronomio 5:8) que en ese entonces había sido aplicado a toda forma de arte que representara a Dios.
Eusebio utilizó los recursos a su disposición para enfocar su atención en la iglesia que vio ser la verdadera descendiente del cristianismo del siglo I.
En la actualidad Eusebio es mejor conocido por sus Historia Eclesiástica. Su propósito al escribir la historia fue conectar la iglesia de la cual él era parte en los comienzos del cristianismo. Solo que su historia es muy unilateral. Utilizó los recursos a su disposición para enfocar la atención en la iglesia que él veía como la verdadera descendiente del cristianismo del siglo I. Otros grupos existentes en los primeros siglos fueron introducidos solamente cuando se oponían o eran vencidos por la iglesia de la que Eusebio se consideraba a si mismo miembro. Dados los cambio generados por Constantino dentro del imperio, Eusebio quería que la gente también reconociera al emperador como campeón de esa iglesia. De hecho, todos sus escritos, ya fuesen históricos o biográficos, fueron escritos para establecer la iglesia católica como la iglesia de Constantino. El historiador dejó muy claro que él consideraba esa rama de cristianismo como la verdadera iglesia.
A pesar de todo Eusebio aportó beneficios a todo lo que él reconoció dentro del ámbito y la diversidad del pensamiento y acción que existió entre los grupos descritos como cristianos en los primeros tres siglos después de la muerte de Cristo.
Su apoyo por la iglesia Católica y los cambios efectuados por Constantino le proporcionaron beneficios al mismo Eusebio, de los cuales el más grande pudo haber sido la relación que desarrolló entre él y el emperador. Exactamente no se sabe cuándo fue la primera vez que se conocieron. No obstante, de cómo se hicieron amigos, al parecer por varias referencias hacia Eusebio siendo invitado al palacio a cenar con el emperador. Al parecer también intercambiaron correspondencia en varias ocasiones. Eusebio se vio a sí mismo como el consejero espiritual de Constantino. Esta relación originó una biografía póstuma, La Vida de Constantino por Eusebio, comúnmente considerada un panegírico; esto es, un recuento demasiadamente halagador de la vida del emperador.
Eusebio murió alrededor del año 340. Su vida abarcó uno de los periodos más traumáticos e interesantes en la historia del cristianismo. No todos acordarán con su posición doctrinal sobre una variedad de temas, aunque pocos negarán la contribución única que hizo al traer a la luz tantos eventos que tomaron lugar durante los primeros 300 años de la era cristiana. Sin sus esfuerzos, muchísimo de este fascinante material se hubiera perdido y a consecuencia desconocido para futuras generaciones. En este sentido, se le ha descrito propiamente como «el padre de la historia eclesiástica».
Eusebio utilizó los recursos a su disposición para enfocar su atención en la iglesia que vio ser la verdadera descendiente del cristianismo del siglo I.