De Vida en Vida
Además de las mencionadas en el artículo, varias otras religiones importantes enseñan hoy sobre la inmortalidad del alma, aunque cada una pone su huella personal en esta idea.
Durante los últimos 3,500 años el hinduismo se ha estado desarrollando y se integra de muchas creencias y caminos contradictorios para que los individuos elijan. Los primeros textos sagrados hindúes, o Vedas, hacen referencia a una sola vida terrenal, seguida de la existencia eterna del alma en una forma no física, ya sea en un cielo o un infierno. Textos posteriores, los Upanishads, o comentarios sobre los Vedas, hacen referencia a los ciclos de vidas múltiples en diferentes formas y varios cielos e infiernos.
En la actualidad dos doctrinas definen las ideas más modernas hindúes sobre el más allá. Karma es la creencia de que los seres humanos son premiados o castigados en base a sus acciones, y samsara es la creencia en la transmigración del alma. Por lo tanto, las buenas obras en esta vida humana puede conducir a la máxima recompensa de tener el alma de uno liberada de la existencia física para convertirse en una fuerza vital universal (que algunos hindúes llaman Brahman). Las malas acciones condenan a uno a otra serie de vidas en forma de vegetal o animal antes de convertirse de nuevo en humano y tener otra oportunidad para alcanzar la perfección. La mayoría de los hindúes por lo tanto ven su existencia como un ciclo interminable de nacimientos y muertes.
El budismo es visto generalmente como si hubiera originado dentro del hinduismo como un refinamiento o movimiento de reforma, aunque hoy en día es universalmente considerado como una religión independiente. Al igual que los hindúes, los budistas creen que regresarán a una vida física varias veces en diferentes formas como parte de su interminable ciclo de causa y efecto. Creen que su condición actual, ya sea de comodidad o miseria, es el resultado de su karma del presente y pasado—nadie crea sino el propio. Sin embargo, al contrario de la creencia hindú, dentro del budismo el karma personal y mente o conciencia, no un alma humana, es lo que pasa de vida a vida.
La rueda budista de la vida representa la acción de causa y efecto en el ciclo de renacimientos. Para salir de la rueda, hay que trabajar paso a paso para eliminar las razones de haber sido obligado a un estado en particular, hasta que cada causa se borra y se logra la separación del mundo. Esto se llama nirvana, un estado de felicidad sin fin y ausencia de deseo, dolor y sufrimiento.
Sin embargo, otra religión ahijando la idea del alma inmortal es el zoroastrismo. Se dice que, Zoroastro o Zaratustra, comenzó a predicar la nueva religión en Oriente Medio en algún momento entre 1500 y 600 a.C. Floreció bajo los gobernantes persas de Ciro el Grande, Darío I y Jerjes, convirtiéndose en la religión oficial del Imperio Persa hasta que el Islam lo desplazó después de la conquista árabe en 651 d.C. Hoy la mayoría de los zoroastrianos viven en Irán y la India.
Zaratustra describe un estado de constante conflicto entre el bien y el mal, entre la cual cada persona tiene que tomar una decisión personal. Él enseñó que aquellos del lado de la bondad serían resucitados después de la muerte y llevados al paraíso, mientras que las almas malvadas vivirían en "la Casa de la Mentira" y sufrirán solitarios para siempre.