En esta serie, Visión examina la vida y la época de Jesucristo, enlazando los relatos de los cuatro Evangelios en una sola historia conmovedora, que a veces le sorprenderá y probablemente cambiará su percepción del cristianismo original.
Los relatos de la vida y las enseñanzas de Jesucristo continúan extendiéndose con profunda relevancia para nosotros, quienes desesperadamente necesitamos los Evangelios para el Siglo XXI.
La muerte de Jesús ha sido interpretada y descrita de muchas maneras a través de las épocas. Sin embargo, la historia real es mucho más poderosa que cualquier cosa que el arte, la literatura, la televisión o el cine hayan tenido que ofrecer.
Es la última semana de la vida de Jesús en la tierra. Después de sortear las trampas fijadas por los líderes religiosos de la época, responde preguntas sobre el fin del mundo.
Los discípulos aún tenían mucho que aprender sobre su Maestro y la humildad. Para alcanzar las riquezas espirituales se requiere que estemos completamente dedicados en algo que no sea lo físico.
Jesús enseñó que las personas necesitan un cambio de corazón genuino para resolver sus problemas. Solo entonces reconocerán aquellas cosas que son verdaderamente importantes en la vida.
Jesús explicó que vivir la forma de vida que enseñó estaba llena de obstáculos. Advirtió a los que lo siguieron que sin importar cuán duro fuera el curso, la única opción era terminar el viaje.
La ceguera se presenta de diferentes formas. Esta puede ser física o espiritual. Jesús demuestra la naturaleza amorosa de su liderazgo al sanar a un hombre ciego, comisiona a 70 más que lo ayuden a proclamar el Evangelio y les enseña a sus discípulos a orar.
Ya sea que estuviera instruyendo a sus discípulos o enfrentándose a sus enemigos, Jesús transmitía las cualidades esenciales del comportamiento piadoso.
A medida que la popularidad de Jesús crecía, las multitudes clamaban por verlo o tocarlo. Lo buscaban para satisfacer sus necesidades físicas, sin embargo, él quería darles mucho más.
Mientras viajaba por el campo realizando milagros y sanando a los enfermos, Jesucristo enseñó la importancia de ser conocido por sus actos y acciones cotidianas.
Al centro de uno de los oratorios más famosos de todos los tiempos se encuentran valores y principios duraderos que nos pueden sacar del laberinto actual de la confusión moral.