En la continuación de la problemática historia del antiguo Israel, un ya avejentado rey David soporta más violencia e intriga entre sus hijos, pero finalmente pasa la corona a su hijo Salomón.
La manera en que interprete el título de este artículo puede indicar algo tocante a su opinión sobre el fracaso y su probabilidad de triunfar en el futuro.
Dos autores no solo exploran los monumentales problemas que enfrenta el mundo de hoy, sino que proponen un camino a seguir. ¿Son viables sus soluciones? Sí y no.